...El otoño ya está punto de acabar.
¡¡¡Hagamos una fiesta!!!
TOC, TOC, TOC.
Llaman a la puerta.
¿Quién será?
Pues un señor vestido de blanco,
ojos inteligentes
y pelo peinado hacia atrás.
ojos inteligentes
y pelo peinado hacia atrás.
¿Por qué me salen las palabras en verso, te preguntarás?
- ¿Y tú quién eres, qué haces aquí? -le pregunto-. No sé, no se... Me da en la nariz que en algún sitio te ví.
- Soy Federico. Vengo de Granada.
-¿Granada? Entonces... ¿tú nos has traído estas nueces, las granadas y todas estas bellotas que alguien ha puesto aquí como si nada?
- Sí, para la fiesta. Escucha muy atento lo que cuento.
-¡¡Ah!! Tu cara me suena y tu voz, también.
¡Ya me acuerdo, te recuerdo bien!
¡Tú eres Federico, el del teatro Federico García Lorca!
El de la maleta, La Tarara, Los lagartos y el que se pasea por Nueva York.
¡Eres el poeta!
Y ahora, el de La Canción de Oriente y las granadas!
¡Qué emoción!
-Agradecido estoy, de todo corazón -dice Federico.
Y, para que veas que yo me uno a la diversión,
os regalo esta poesía de la granada,
que para eso soy poeta y tengo un don.
Es la granada olorosa
un cielo cristalizado.
( Cada grano es una estrella,
cada velo es un ocaso)
Y, granadas a parte, no hay que olvidar,
que puestos a colectar,
¡en el otoño hay frutos para empezar y no parar!
Castañas. ¡Qué ricas!
¿Bellotas? ¡Qué sabrosas!
Pero aún hay más. ¡Silencio! Escuchad...
Que la clase está llena de sorpresas y tesoros escondidos.
¡¡¡Las cestas nos llevan a los libros!!!
Los libros nos llevan a la fiesta.
No una fiesta cualquiera.
¡¡La fiesta del otoño!!
¡¡¡Mirad, mirad!!!
La cesta del conejito con el libro de la ardilla,
que tiene un día muy ocupado recogiendo bellotitas.
¡Son para la fiesta!
volando con la bruja.
¿Quién llegará primero?
Spiderman.
Superman.
¿O Piruja?
La cesta gigante de Riham
se ha acoplado con los libros gi-gan-tes.
Con ella podemos montar en globo,
tirar para delante
y dar la vuelta al mundo en 80 días.
¡Y nos quedamos tan campantes!
se ha acoplado con los libros gi-gan-tes.
Con ella podemos montar en globo,
tirar para delante
y dar la vuelta al mundo en 80 días.
¡Y nos quedamos tan campantes!
Y las chicas quieren ser princesas.
A los chicos también nos gusta la rana Micaela,
y los besos
y achuchones
¡a montones!
A los chicos también nos gusta la rana Micaela,
y los besos
y achuchones
¡a montones!
¡Qué miedo!, algunas cestas se han camuflado en el bosque.
Ahí vive el lobo.
Habrá que leer que se cuenta.
Pero, ¡mucho ojo!, no sea que mienta,
que los lobos, por lobunos,
mienten, crean e inventan como ninguno.
Y, si de poesías bien cuidadas hablamos,
emulamos al maestro Antonio Machado
con sus rimas bien rimadas que, para la fiesta,
vienen que ni pintadas:
Vosotras, las familiares
inevitables cestas otoñales,
Vosotras cestas amigables,
me evocáis todas las cosas.
Yo sé que os habéis posado
sobre el juguete encantado,
sobre el librote cerrado,
sobre la carta de amor...
Y, desde las ventanas,
las calabazas, divertidas,
contemplan a escondidas
que celebramos el otoño.
¿Inventamos una palabra festiva?
Ahí va:
¡¡HALLOTOÑO!!
¡Creatividad sin límites!
Y entre libros, cestas y frutos,
matemáticas a mogollón
Nueces,
cascanuenes,
vals,
decenas
y ...diversión
Unas decenas deliciosas.
Trabajamos en equipo.
¡Con mucha atención!
Y hasta aquí hemos llegado.
El otoño ya marchó
Sus hojas y frutos el viento se llevó.
¿Y nosotros? Nos quedamos.
pensando, sí señor,
que otra fiesta está cerca
con campanadas,
dulces,
buenos deseos
y turrón.